Saludos Taberneros!
Yo no se si es que me estoy haciendo viejo, me he vuelto loco o simplemente, he dejado de creer en el buen hacer de las personas...pero lo que ayer vivimos en la sala Metrópolis, no fue precisamente lo que el cartel anunciaba y es una pena.
En España y en Andalucía en particular, somos muy de sacar pecho a la hora de demostrar que podemos organizar cosas importantes: olimpiadas, certámenes, festivales, macro conciertos...y al final uno entiende los motivos de tanta burla y chascarrillos cuando las cosas no se hacen como es debido. Córdoba tampoco es una excepción y ayer, día 16 de noviembre, lo comprobamos en la sala Metrópolis.
La ciudad que una vez quiso ser capital europea de la cultura, se ha convertido en una lugar gris para la gente interesada en la música que traspase los cánones del código mainstream o todo lo que huela a comercial . Es una realidad que se asume a diario y que no termina de digerirse a pesar del Festival de la Guitarra o la Noche Blanca del Flamenco. Dos delicias gourmet dispersas en un tupperware.
Ante esa realidad poco se puede hacer y si alguien se resistía, era la sala Metrópolis. La fiesta y el cartel prometían, parecíamos una ciudad europea por momentos...Música electrónica nacional e internacional de calidad aquí, en "villa Góngora". Demasiado bonito para ser cierto. No sé hasta qué punto las autoridades municipales condicionaron a la sala por el esperpento de la Rebel Bingo en Podium, pero aún ni por esas, se actuó de manera adecuada de cara al cliente que es el que sustenta todo este embrollo.
El horario de la fiesta se modificó de forma precipitada, adelantando el inicio y todas las actuaciones sin la suficiente antelación. La apertura de la taquilla quedó fijada a las 21:30 y una vez la gente se desplazó al polígono para retirar su entrada, se les comunicó que hasta las 1:00 de la madrugada no era posible hacerlo con lo que esto suponía para los interesados. Hacía bastante frío como para estar tirado en un polígono si no eras de Córdoba. Al final, no fueron las 1:00 y sí a las 00:30 cuando, sin aviso alguno, se abre la taquilla a 15 € (con copa). Quizás la organización no se diese cuenta de que el evento comenzaba a las 22:00 y que esa gente no tuvo nunca opción de disfrutar del espectáculo por el que habían pagado de manera integra. La falta de un seguimiento real de las entradas anticipadas, obligó a la sala a no permitir la entrada de la gente que esperaba en taquilla hasta que no tuvieran una idea efectiva de los asistentes a eso de las 1:00 (hora prevista de la actuación del cabeza de cartel). Los huecos sobrantes del aforo, ya los rellenarán los que resistan a la helada se dirían, y si no caben todos, colgamos el cartel de sold out.
La historia no acabó ahí, según el comunicado de la sala en Facebook este era el horario de actuaciones:
- 22:00 A 23:30 - BREAKS MAFIA.
- 23:30 A 1:00 - BOOMBASSBROTHERS (Córdoba).
- 1:00 A 3:00 - DIRTYPHONICS (Francia).
- 3:00 A 4:30 - STATE OF MIND (Nueva Zelanda).
Para empezar, la sala no hace oficial el recorte de horarios y la supresión de un artista incluido en cartel (Dub elements). La gente pregunta y nadie dice nada, es el propio grupo el que confirma el hecho en las redes sociales. El cabeza de cartel, DirtyPhonics, comienza con casi una hora de retraso y lo hace en formato dj set y no en formato live act, como se presupone de un grupo formado por 4 miembros (diferencias entre ambos términos). Una vez acaba la actuación de los parisinos, sale de nuevo a escena Boombassbrothers para sorpresa del público. Y es que de State of Mind, nadie supo nada en toda la noche, ni la sala tampoco estaba por que se supiese. Luego, nos tuvimos que enterar de esto por nuestra cuenta.
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| Evento oficial creado por la Sala antes de cambiar lo de entrada + copa |
Por si os parece poco, nunca quedaron claras las condiciones a las que estaban sujetas las entradas anticipadas (11€), la organización se negaba a dar consumición alguna cuando estaba previsto. Y si lo cambian a última hora, al menos que hubieran recapacitado por la pésima gestión del evento del que, con la ley en la mano, debería de haberse reembolsado parte del precio de la entrada por cancelación parcial del concierto.
En conclusión, ayer salí para pasarlo bien con mis amigos, escuchar buena música y pegarme unos "bailotazos" en una sala que aspira al premio de mejor club del año 2013 por los Vicius Music Awards y que de no cambiar, se quedará en el malogrado hall de la fama de" la ciudad gris europea de la cultura". He vuelto de un concierto de muchas formas pero nunca con una hoja de reclamaciones en la mano.
Un saludo a todos!
